Durante mucho tiempo, la búsqueda de la comprensión de uno mismo ha sido el centro de atención de la experiencia humana. Las personas hoy en día no son la excepción ante este deseo de conocerse, comprenderse y autorrealizarse.
La psicología de la personalidad es uno de los campos de la psicología que más rápido crecimiento ha tenido en la actualidad, y los psicólogos sociales han trascendido del área académica haciéndose presentes de manera permanente en las empresas de todo el mundo.
Una de las formas en que esta búsqueda se vuelve importante en el lugar de trabajo, es a través del uso de evaluaciones de comportamiento para mejorar el compromiso, el desarrollo profesional, la productividad y la comunicación. Es probable que hayas oído hablar de este tipo de evaluaciones, pero quizá te preguntes qué miden exactamente y por qué son importantes.
Como analista de investigación cognitivo-conductual en TTI SI, trabajo con un equipo de investigación y desarrollo para ayudar a validar, innovar y mejorar nuestras evaluaciones. Nuestra investigación se centra en la psicología de la personalidad y el análisis psicométrico. Esto significa que estudiamos los componentes cognitivos, sociales y conductuales específicos de la personalidad que se pueden identificar y medir con precisión.
Echemos un vistazo a la personalidad, lo que es y lo que no es, si se puede medir y la ciencia que hay detrás de las evaluaciones basadas en la personalidad. Es importante entender lo que significan para ti y tu negocio.
¿Qué es la Personalidad?
La mayoría de la gente tiende a pensar en la personalidad como un aspecto o componente del «yo», como si la personalidad de alguien fuera sólo una parte de lo que es en su conjunto. En realidad, la personalidad es mucho más que eso, tanto en tamaño como en complejidad. Esto se debe a que nuestra personalidad está interconectada y compuesta por un enorme número de redes cognitivo-conductuales que utilizamos para formar nuestra propia identidad.
Estas redes cognitivas se construyen en la infancia y se moldean a lo largo del tiempo por influencias psicológicas, fisiológicas, genéticas y ambientales. Son las que nos permiten entendernos como individuos. Afectan en cómo vemos el mundo y cómo el mundo nos ve a nosotros.
La razón por la que pensamos que la personalidad es sólo una parte de la identidad de una persona es porque sólo somos capaces de «ver» o reconocer aspectos específicos y públicos de la personalidad de un individuo. Estos aspectos públicos son observables a través de las interacciones sociales, por lo que la mayoría de nuestras personalidades nunca son vistas o comprendidas por los demás.
“En realidad, la personalidad es mucho más que eso, tanto en tamaño como en complejidad. Esto se debe a que nuestra personalidad está interconectada y compuesta por un enorme número de redes cognitivo-conductuales que utilizamos para formar nuestra propia identidad.”
Por esta razón, el logotipo de TTI Success Insights es un iceberg, porque la mayor parte de la personalidad está debajo de la superficie. La punta del iceberg es la única parte visible para los demás, que es el comportamiento observable. Pensar en la personalidad de la misma manera, puede ser útil.
¿Cómo se Define la Personalidad?
Aunque no existe una definición universalmente aceptada de la personalidad, lo más habitual es describirla como la forma característica de pensar, sentir y actuar de un individuo.
La personalidad suele definirse o describirse como algo específico o centrado en las manifestaciones de comportamiento y las interacciones psicológicas con otras personas y su entorno.
¿Cómo se Forma la Personalidad? ¿Cuándo Ocurre Esto?
La personalidad es muy compleja y se desarrolla y configura a partir de una serie de variables y rasgos, tanto heredados como adquiridos.
Aunque la personalidad de un individuo puede cambiar y evolucionar a lo largo de su vida, hay aspectos importantes relacionados con partes específicas de la «identidad» que se crean y forman en momentos concretos de nuestra vida. La información que se expone a continuación es de forma muy general, una parte de la investigación sobre el desarrollo del cerebro.
Infancia (de 1 a 6 años)
La infancia es el momento en que empezamos a desarrollar y expresar partes de nuestra personalidad/identidad que podemos haber heredado de nuestra familia a través de la genética y/o de la observación del comportamiento de los demás.
Adolescencia (6 a 19 años)
Es cuando realmente empezamos a dar forma y moldear las partes de nosotros mismos que impulsan o motivan lo que somos, basándonos en las creencias que tenemos. Es cuando empezamos a descubrir y vivir nuestra propia identidad a través de la interacción y el intercambio comunitario.
Edad adulta (más de 30 años)
Cuando llegamos a la edad adulta (30 años en adelante), los principales impulsores y aspectos de nuestra personalidad ya están formados y no suelen cambiar muy a menudo o rápidamente, a menos que hayamos experimentado algún tipo de acontecimiento importante o traumático. Sin embargo, nuestra personalidad sigue evolucionando y creciendo con nosotros a lo largo del tiempo y puede ser muy diferente cuando llegamos a la vejez, dependiendo de nuestra experiencia vital.
¿Qué Partes de la Personalidad Podemos Identificar en Nosotros Mismos y en los Demás?
Es importante entender que nuestra personalidad está formada por aspectos conscientes e inconscientes de nuestra identidad, que pueden incluir pensamientos, emociones y estructuras de creencias de las que ni siquiera tenemos conciencia o estamos enterados. Esto quiere decir que no somos plenamente conscientes de todo lo que forma nuestra personalidad, sólo somos conscientes de muchos más aspectos de nosotros mismos que los demás.
Esto se debe a que los demás sólo pueden percibir las partes de nuestra personalidad que pueden observar o experimentar a través de las interacciones sociales. Incluso así, su impresión o comprensión de nosotros se basa en sus conocimientos y experiencias y se ve a través del filtro de sus propias creencias.
“Aunque no existe una definición universalmente aceptada de la personalidad, lo más habitual es describirla como la forma característica de pensar, sentir y actuar de un individuo.”
En esencia, cada persona es mucho más de lo que se puede observar a nivel superficial. La personalidad es complicada.
¿Se Puede Medir o Cuantificar la Personalidad?
No se pueden identificar todos los aspectos de la personalidad, se pueden medir y calificar algunos aspectos que lo componen.
En realidad, sólo podemos medir partes de la personalidad observando o evaluando patrones o tendencias de comportamiento reconocibles en las respuestas cognitivas y los desencadenantes emocionales. Esto se debe a que sólo se pueden cuantificar aspectos con respuestas repetibles.
Esto no significa que buscar esas respuestas no sea útil o importante; simplemente significa que hay que hacerlo correctamente.
¿Qué Pasa con los Tests de Personalidad?
Si ya es difícil cuantificar partes específicas de la personalidad de un individuo, resulta aún más difícil intentar puntuar, calcular o calificar estas mediciones.
Esto se debe a que sólo se pueden construir cálculos o métodos de puntuación en torno a patrones y grupos que también se encuentran en otras personas. En otras palabras, para calificar o medir un aspecto de la personalidad de alguien, es mejor utilizar un sistema de medición que también sea común o reconocible regularmente en otras personas.
Por todas estas razones, es esencialmente imposible medir u observar la mayor parte de la personalidad de alguien. Aquí es donde entra en juego el problema de los «tests de personalidad»: la personalidad no puede clasificarse fácilmente en «tipos», y no siempre se mantiene fija a lo largo de la vida.
Puede resultar interesante que tu personalidad se ponga dentro de una “caja” y trate de entenderse de esa manera, pero no es lo más útil o preciso. La gente y las empresas que dicen tener «tests de personalidad», pueden ser inexactas.
¿Dónde Entran las Evaluaciones Basadas en la Personalidad?
Puede que no suenen muy diferentes, pero en realidad existe una gran diferencia entre los tests de personalidad y las evaluaciones basadas en la personalidad. Los tests tienen respuestas correctas, se pueden aprobar o suspender y a menudo clasifican a las personas en un tipo “predeterminado”, como ya hemos dicho.
Las evaluaciones basadas en la personalidad miden aspectos específicos de la personalidad de un individuo. Los comportamientos y motivadores observables son mucho más fáciles de evaluar y puntuar de forma directa e independiente. En TTI SI, medimos el comportamiento, la motivación, la inteligencia emocional, las habilidades y la axiología. Todos ellos contribuyen a la personalidad, pero no pueden abarcar toda la personalidad con los resultados, incluso desde un enfoque multiciencia.
Incluso las evaluaciones que miden aspectos relacionados con la personalidad no necesariamente incluyen aspectos como la educación, la formación, las habilidades o la experiencia.
Eso es algo bueno. Cualquier prueba o evaluación que pretenda comprender la personalidad completa de un individuo basándose en una sola evaluación, no será precisa. Esto también explica por qué es importante contar con personas formadas en el uso adecuado de las evaluaciones: las personas que las utilizan deben entender lo que la evaluación realmente mide, y lo que no.