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Si mencionas la «inteligencia emocional» en muchos lugares de trabajo, verás cómo la gente deja de prestar atención. Parece otra iniciativa de RR. HH. o una moda pasajera de la dirección que será sustituida por la palabra de moda del próximo trimestre. Sin embargo, las habilidades reales —reconocer tus reacciones y conectar eficazmente con los demás— siguen siendo esenciales para el éxito en el lugar de trabajo.

El reto no es la importancia de estas habilidades, sino cómo hablamos de ellas. Cuando utilizamos jerga corporativa y marcos teóricos, perdemos a las personas antes incluso de que empiecen a aprender. Aquí tienes cuatro formas prácticas de desarrollar estas habilidades en tu equipo sin perder el contacto con la realidad:

1. Concéntrese en comportamientos observables, no en conceptos abstractos

En lugar de pedirle a alguien que «desarrolle su inteligencia emocional», sé específico sobre lo que ves. Dile a tu compañero de equipo: «He notado que parecías frustrado durante la llamada con el cliente. ¿Qué te pasaba?». Esto abre una conversación sobre la conciencia de uno mismo sin que parezca una lección de psicología. Las observaciones en tiempo real siempre son mejores que las discusiones teóricas.

2. Ayudar a las personas a reconocer sus propios patrones

En lugar de dar lecciones sobre «cómo gestionar las emociones», guíe a las personas para que se den cuenta de lo que les funciona: «Cuando respondes inmediatamente antes de pensar en tu comentario, a menudo suenas enfadado o hostil. ¿Te has dado cuenta de eso?». Este enfoque hace que la autorregulación se perciba como una habilidad laboral práctica, no como un concepto abstracto.

3. Enseña empatía a través de comentarios en tiempo real

Cuando se aborda la dinámica interpersonal, evite la jerga y señale lo que está sucediendo: «Sarah se sintió incómoda cuando interrumpiste su presentación. ¿Te diste cuenta?». Esto enseña empatía a través de la observación real, en lugar de conceptos abstractos sobre «leer el ambiente».

4. Da ejemplo del comportamiento que deseas ver

El enfoque más eficaz es mostrar, no decir. Cuando estés estresado, dilo: «Me siento abrumado por esta fecha límite, así que voy a tomarme 10 minutos para pensar en nuestras opciones antes de decidir». Cuando cometas un error, asúmelo: «Fui impaciente en esa reunión e interrumpí tu idea. No fue justo para ti ni para el equipo».

Tus empleados no necesitan dominar el vocabulario de la inteligencia emocional, sino dominar su práctica. Guíalos para que se den cuenta de sus propias reacciones, comprendan su impacto en los demás y elijan respuestas más efectivas. Estas habilidades les serán mucho más útiles que cualquier acrónimo.

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Lisa Aldisert

La Dra. Lisa M. Aldisert es asesora empresarial, conferencista y autora con sede en la ciudad de Nueva York. Es presidenta de Pharos Alliance Inc., una empresa de asesoría ejecutiva especializada en el desarrollo organizacional y de liderazgo para organizaciones emprendedoras. Ha sido socia de TTI Success Insights durante más de 30 años. Puede contactarla en [email protected].

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