Si tienes colaboradores en conflicto entre sí, no están solos: según Harvard Business Review, “en promedio, cada empleado dedica 2.1 horas a la semana—aproximadamente un día al mes—manejando conflictos de alguna forma (participando en un desacuerdo, gestionando un conflicto entre compañeros, etc.).”
Dicho esto, el conflicto no tiene por qué ser algo negativo. “El conflicto profesional es una parte del trabajo,” dijo Ryan Lisk de RealTime Coaching. “Si no tienes ningún conflicto profesional, no estás logrando suficientes cosas.”
La clave es encontrar una manera de hacer que el conflicto sea productivo. Si quieres saber cómo ayudar a dos colaboradores a llevarse bien, sigue estos consejos para desactivar el conflicto y avanzar con un equipo más seguro y cohesionado.
Identifica el problema
El primer paso es identificar completamente el problema en cuestión. El conflicto puede manifestarse como una atmósfera tensa o un desacuerdo entre dos de tus colaboradores directos. No importa cómo te enteres de que dos colaboradores no se llevan bien, es tu responsabilidad abordar el problema y encontrar una manera de avanzar.
Comienza hablando por separado con los colaboradores que están experimentando el conflicto. Escucha atentamente a cada uno, dándoles tiempo y espacio para que expresen sus problemas. Si uno de ellos no está dispuesto a compartir sus sentimientos, concédele atención a los hechos. ¿Encontraron algún problema en el trabajo del compañero? ¿El compañero se dirigió a ellos de manera irrespetuosa?
Por el contrario, si un colaborador se enfoca más en sus emociones que en los hechos necesarios para avanzar, utiliza la misma táctica. Después de averiguar cómo se siente, haz preguntas para descubrir qué provocó el problema en cuestión. La emoción es parte de cualquier conflicto, pero no puede guiar principalmente el proceso de resolución.
Aumentar la comprensión y la conciencia
Profundizar en el problema en cuestión aumentará la comprensión de todos los involucrados, tanto como individuos como en pareja.
“Me aseguro de descubrir qué porcentaje del conflicto se basa en la personalidad,” compartió Lisk. “Esta es una pregunta para que respondan todos los participantes. Prepárate para invertir algo de tiempo en revisar los estilos de personalidad.”
Aquí es donde utilizar la herramienta adecuada se vuelve muy importante. Una evaluación que utilice múltiples ciencias para revelar información sobre los empleados será clave para aumentar su comprensión mutua y de sí mismos. Una evaluación puede ayudar a iluminar cómo los estilos de comportamiento, las motivaciones y los niveles de inteligencia emocional están impactando el conflicto.
Chris Young, de The Rainmaker Group, dijo: “Pido a los miembros del equipo que suspendan el juicio por un momento y aborden la situación con curiosidad. Haría que cada uno completara sus evaluaciones y luego se reunieran para discutirlas juntos. Es probable que las diferencias se deban simplemente a distintos estilos de comunicación.”
Aclarar malentendidos
Con el nuevo entendimiento y los datos a tu disposición, es momento de abordar completamente los problemas en cuestión. Habla con ambos colaboradores y aclara cualquier malentendido. Brinda a cada persona la oportunidad de aclarar sus intenciones y acciones, y modela una escucha activa durante todo el proceso.
Establecer lo que ha ocurrido como grupo y llegar a un consenso juntos creará una base para avanzar. Esta claridad también asegurará que ambas partes se sientan escuchadas y comprendidas.
Durante este proceso de aclaración, regresa a los datos; los resultados de sus evaluaciones pueden guiar el camino a seguir.
Por ejemplo, si el conflicto surgió por la finalización de un proyecto, puedes observar las motivaciones de ambos colaboradores utilizando la evaluación de Las 12 Fuerzas Motivadoras. Si tienen motivaciones diferentes, pueden abordar el trabajo y las tareas de maneras conflictivas. Reformular estas diferencias como una ventaja que cubre los puntos débiles del otro puede ayudar a construir confianza y entusiasmo.
Los colaboradores valorarán la mediación: según una encuesta de SHRM, cultivar una cultura de equipo positiva e inclusiva es una de las cinco principales habilidades que los gerentes podrían mejorar.
Identificar objetivos e intereses comunes
Cuando encuentres una solución para este conflicto particular, da pasos para seguir construyendo la conexión entre los dos colaboradores. Regresa a los datos utilizando un Informe de Comparación para encontrar áreas de similitud. Al utilizar datos en lugar de sentimientos, puedes descubrir objetivos compartidos y resaltar metas comunes. Esto puede ayudar a remodelar cómo se perciben mutuamente y recordarles que forman parte de un equipo y deben trabajar para ayudarse entre sí.
Una cosa para recordar: ¡no intentes forzar el vínculo! Lo último que quieren tus colaboradores es verse obligados a establecer una conexión con la persona con la que estuvieron en conflicto recientemente. Los colaboradores no tienen que ser amigos; deben ser profesionales.
Elabora un plan para seguir adelante
Resolver oficialmente el conflicto no es el último paso para ayudar a dos colaboradores a llevarse bien. Utiliza la nueva comprensión obtenida para ayudarles a definir su relación laboral. ¿Cómo pueden evitar situaciones similares en el futuro? ¿Qué hará cada empleado si el problema vuelve a surgir? ¿Tiene cada uno lo que necesita para avanzar?
Haz y responde a estas preguntas en grupo y luego realiza seguimientos individuales. Estos seguimientos no necesitan ser formales; pueden ser tan simples como un café rápido y una charla sobre cómo se siente cada persona después de resolver los problemas.
Continúa monitoreando la situación según sea necesario, pero adopta un enfoque más relajado si las cosas están yendo bien. Confiar en que tus empleados manejarán la situación por sí mismos contribuirá a un mejor ambiente laboral en general.
Si deseas las herramientas adecuadas para mejorar la resolución de conflictos dentro de tu equipo, podemos ayudarte. Contáctanos aquí para comenzar.
Jaime Faulkner
Jaime cree que la autenticidad y la narración son las claves para un marketing exitoso. Como graduada de la Escuela de Comunicación Humana Hugh Downs, le encanta encontrar y conectar narrativas. Cuando no está trabajando, está psicoanalizando a los concursantes de The Bachelor, pintando, escuchando podcasts o jugando a juegos de rol de mesa.